El trabajo de la periodista de RTVE Cristina Pozo destaca dentro del campo de datos y nos ayuda a comprender el papel que desempeña en la lucha contra la desinformación. Además de descubrir qué nuevos caminos se abren ante el auge de la inteligencia artificial (IA) y la creciente disposición de datos abiertos

Cristina Pozo / Imagen cedida.
Cristina Pozo García , actualmente redactora de películas y documentales de próxima emisión en RTVE Play, ha estado durante años en el departamento de datos de RTVE. La necesidad de acercar los datos a la ciudadanía surgió en ese periodo, al comprobar que, «más allá de las tablas que publicaba el Ministerio de Sanidad, era posible convertir la información que recibían en visualizaciones comprensibles para la población», admite Pozo.
Periodismo de datos asequible y amigable
Este género periodístico permite aportar contexto a la información, y los gráficos ayudan a entender mejor los datos. «El origen fue en 2020, pero la profesionalización de la sección llegó cuando se incorporó al equipo Paula Guisado, que era la coordinadora, la líder», asegura. Guisado tenía un bagaje de estar ejerciendo durante años el periodismo de datos y aportó mucha experiencia al equipo.
El interés por el periodismo de datos ha crecido últimamente y, aunque en RTVE se ha vivido de manera destacable, Pozo confiesa que fue «autodidacta porque había muy pocas unidades cuando empezaron». De hecho, sentía como una «intrusa«, ya que había gente muy profesional en medios como El País, El Confidencial o elDiario.es, pero poco a poco se fueron documentándose. «Yo por ejemplo hice el curso de Haz de Visualización de Datos, primero para ver qué tipo de contenido se estaban impartiendo, y segundo para corroborar en cierto sentido que lo que estábamos haciendo nosotros estaba bien» revela.
El equipo estaba formado por unas diez personas y en un principio se centraron en noticias relacionadas con la pandemia, pero más tarde fueron publicando temas económicos de interés, demográficos y bélicos. También han trabajado en temas exclusivos como «el mapa de fosas de España o especiales del 11M que han sido cada vez proyectos más grandes, aunque no nos despegamos de la actualidad», afirma. Algunos importantes también intentan compartirlos en programas de RTVE, como ‘La Hora de la 1’, el Telediario o en el Canal 24 Horas y en programas de radio para dar más visibilidad a las investigaciones.
Desafíos de la calidad de los datos y la desinformación
Algunas fuentes que utilizan son fiables porque las utilizan día a día, «los datos del gobierno o las estadísticas de violencia de género están muy asentadas, pero también necesitan revisión», admite. Los compañeros del departamento también realizan sus cálculos por otro lado y, en ocasiones, han identificado errores, por lo que han contactado con las instituciones para corregirlo. «Intentamos que en algunas estadísticas que son más opacas nos digan cómo se hacen para poder explicarlo en las metodologías que ponemos en los artículos. También para que sea más público y que no haya esa sensación de secretismo«, explica Pozo.

Cristina Pozo en el Canal 24H / Imagen cedida.
RTVE Instituto ha celebrado ya dos jornadas de verificación contra la desinformación para señalar la relevancia que tienen la IA y las redes sociales en la propagación de bulos. Pozo reconoce haber colaborado con el equipo de VerificaRTVE, no tanto como quisiera, «pero hay muchas veces que nos preguntan de dónde sale un dato de un bulo y acudimos al ministerio en cuestión o a alguna asociación para contrastarlo». Sin embargo, puede ocurrir que la difusión de una noticia falsa tiene mayor amplificación y no es desmentida. «Tratamos de hacer ese ejercicio también porque RTVE es todo servicio público y sentimos que le debemos eso a la audiencia, sea en el canal que sea, radio, tele o web», confiesa.
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A pesar de exponer datos reales e intentar desmentir bulos, sigue habiendo gente que recrimina la supuesta poca veracidad que incorporan en sus artículos, Pozo defiende esta herramienta y declara que «a veces es como darte cabezazos contra una pared, pero nuestro papel es intentar divulgar la información correcta aunque sepamos que no va a llegar siempre». Hay personas que no les interesa creer esa información y para ella es «frustrante», aunque parte de su trabajo.
Periodismo de datos como servicio público
Este género informativo anima a que la audiencia participe y genera interactividad, como en el caso del mapa de fosas de España del que hablaba Pozo. «Más allá de preguntar por mi familiar dónde está, también la gente está aportando información, ya sea información pura y dura de, ‘oye además de esta persona también está enterrada esta’, fotos o vídeos de todo tipo», explica.
Otro proyecto que tienen entre manos es el mapa de las playas de España, en el que animan a la gente a mandar fotos de sus playas, lo que les ayuda a contrastar la información que tienen recopilada. «También sacamos otro que era de cadáveres de hormigón, que eran de edificios que se habían quedado a medias o que se habían construido pero no se habían usado nunca», explica, la periodista confía en que la gente siga participando para ampliar la base de datos que tienen. Y, precisamente, es algo que les gusta promocionar, que sus proyectos «están más vivos de lo que lo parecen«, manifiesta.
Esta vertiente del periodismo, más relacionado con la investigación, «ayuda a tener referentes visuales que hacen que se comprenda mejor«, admite Pozo. «Yo creo que es un plus, más allá de los gráficos y las infografías, aporta como ese aspecto diferencial, que igual en una pieza escrita se queda un poco corto. También te hacer preguntarte cómo se ha podido hacer este gráfico, o si habrá sido difícil o no», justifica la periodista, «fomenta la ocasión del público a tener que pensar«.
La IA como herramienta de verificación
Un estudio de la Universidad Complutense de Madrid (UCM, 2023) ha expuesto que más del 60 % de los medios utilizan inteligencia artificial, sobre todo para la recogida de datos. Esta herramienta es útil en el periodismo de datos para sugerir resultados o para encontrar fuentes más recientes en reportajes económicos.
Pozo ha realizado también el curso de Haz de Inteligencia artificial (IA) en el audiovisual y confirma que «hay que utilizar la IA como herramienta, porque más allá de usarla como un instrumento de verificación, puede corregir un código cuando estamos programando o calcular algo de manera más eficiente». Al final los periodistas tienen la capacidad de decidir si lo que ofrece es «aceptable» y si necesitan verificar lo que se muestra.

