Voces maestras: el proceso creativo detrás de las series españolas más exitosas

En una nueva entrega de Voces Maestras, cuatro figuras esenciales de la ficción española —Aurora Guerra, César Benítez, Joaquín Oristrell y Jordi Frades— comparten cómo se gesta una serie desde su primera semilla hasta su llegada a la pantalla. A través de sus trayectorias, revelan qué inspira una idea, cómo se articula un proyecto y qué desafíos atraviesa el proceso creativo en un momento de expansión histórica del sector

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Los cuatro creadores coinciden en que toda ficción nace de un impulso íntimo. Aurora Guerra, showrunner y guionista de éxitos como ‘Acacias 38’, explica que sus historias siempre emergen de una mezcla de emoción, conflicto y observación de la vida cotidiana. Joaquín Oristrell, autor de numerosas películas y series, añade un proceso casi obsesivo: repetir la idea, someterla a preguntas, compararla con la realidad y ponerla a prueba frente a amigos. “Si la cuento y nadie escucha, no vale”, admite.

Para César Benítez, productor de ficción, la chispa suele surgir de situaciones personales o sociales que revelan tensiones generacionales, familiares o emocionales. A partir de ahí, entra en juego la sinergia con los guionistas: “Veo algo y digo: aquí hay una historia. Lo hablo con Joaquín y empezamos a construir”. Mientras tanto, Jordi Frades, director de series como ‘Isabel’ o ‘La Catedral del Mar’, recuerda que muchas de sus ficciones nacen del diálogo directo con las cadenas, que aportan tono, público objetivo y expectativas. Otras veces, parte de ideas propias que después comparte con guionistas para reforzar su potencial.

Del germen a la estructura: cuando la idea se convierte en proyecto

El proceso de validación y desarrollo es tan crucial como la inspiración inicial. Oristrell defiende que el creador debe saber responder siempre a la pregunta clave: “¿De qué va realmente esta historia?”. Solo así puede defender un punto de vista sólido y evitar que el proyecto se diluya. Aurora Guerra remarca que, tanto si la idea es propia como un encargo, el guionista debe “hacerla suya por completo”, sumergirse en la emoción que la sustenta y encontrar su núcleo de conflicto. Su método implica nutrirse de literatura, cine, conversaciones, comportamientos ajenos y la vida diaria: “Todos somos cotillas; es parte del oficio”.

Por su parte, Benítez apunta a la importancia de identificar el género, el tono y la mirada del proyecto desde el inicio, sobre todo en un contexto donde plataformas y cadenas buscan productos diferenciados pero accesibles para un público global.

El auge de la ficción y la importancia del equipo

Los cuatro profesionales coinciden en que vivimos un momento de oro para la ficción española. Las plataformas han multiplicado la demanda, y con ella las oportunidades para directores, guionistas y productores, pero también la presión.

Frades destaca que en España existe un sistema híbrido entre cine y televisión, donde el proceso es coral y participan decenas de profesionales. Por ello, insiste en la necesidad de alinear a todos desde el principio: “La ficción se construye a base de decisiones. Mil preguntas cada día. Solo una mala respuesta puede desviarlo todo”. Su ritual más personal es una comida emocional con el reparto antes del rodaje, donde se crea un clima de confianza y vulnerabilidad que marcará el tono del trabajo.

Series vs. cine: diferentes libertades, mismos retos

César Benítez distingue claramente entre producir para televisión y para cine. En una serie, la cadena o plataforma ocupa el rol de cliente y su peso en la toma de decisiones es mayor. En el cine, sin embargo, el equipo creativo suele ser dueño del proyecto, lo que permite una libertad mayor de construcción. Aun así, en ambos casos —señala— los pilares básicos siguen siendo los mismos: guionista, director, director de fotografía y montaje. “Son las cuatro columnas sobre las que se levanta cualquier ficción”, afirma.

Aurora Guerra reivindica un rol que en España comienza a consolidarse: el showrunner. Para ella, esta figura debe ser el creador de la serie y estar presente en todas las fases del proceso: preproducción, rodaje, montaje, mezclas, color y más. Su función no es dirigir, sino garantizar coherencia creativa y servir de puente entre equipos y plataformas. Otros compañeros, como Frades y Oristrell, matizan que el respeto entre departamentos es esencial: cada profesional debe aportar su mirada sin invadir creativamente la de otros. “Si quieres dirigir el capítulo, dirígelo; si no, confía en el director”, resume Frades.

Un oficio de resistencia, pasión y emoción compartida

Más allá de técnicas y metodologías, los cuatro coinciden en un punto: la ficción es un acto de resistencia. Requiere años de trabajo, resiliencia frente al rechazo y una dedicación emocional absoluta. Todos han vivido obstáculos, aprendizajes duros y momentos de incertidumbre, pero continúan movidos por la necesidad de contar historias que conecten con el público.

Como afirma Oristrell: “Se han contado mil historias de amor, pero nunca desde tu punto de vista. Eso es lo que hace única a tu ficción”.

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