Los medios de comunicación consideran que el desmentido de bulos y de informaciones falsas forma parte de sus responsabilidades informativas. Pero, ¿cómo es este proceso? ¿Cómo funciona una redacción dedicada en exclusiva a la verificación y cómo utilizan la IA para apoyarles en esta tarea?

El trabajo diario de un profesional del periodismo ya implica la verificación de la información, pero cada vez más los medios de comunicación dedican más recursos a esta práctica, creando incluso equipos especializados dedicados en exclusiva a esta tarea. Es el caso de RTVE y de la Agencia EFE, ambos medios pioneros en la creación de un espacio para el desmentido de bulos: VerificaRTVE y EFE Verifica respectivamente.
Durante la Segunda Jornada de Verificación celebrada en RTVE Instituto el pasado martes 21 de octubre, profesionales de ambos medios compartieron sus experiencias, consejos y modus operandi a la hora de trabajar. Además, en entrevista con Haz, analizaron cómo luchar contra la desinformación desde un medio público y el papel de la formación continua en éste área.
El día a día de los verificadores
Los contenidos a verificar, nos cuentan, llegan por muchas vías diferentes. “Nosotros monitorizamos las redes sociales en busca de contenidos que puedan ser falsos o engañosos”, explica la periodista de VerificaRTVE Blanca Bayo, “y también hacemos verificación interna, es decir que comprobamos contenidos que detectan los compañeros en redes sociales, o redactamos nuestros temas y los publicamos en la web, y en ocasiones también tenemos que estar en otros programas, en otras ventanas RTVE para exponer nuestras investigaciones”.
En EFE Verifica, añade el periodista Sergio Hernández, también reciben directamente mensajes de los ciudadanos con consultas: “Lo que solemos hacer los verificadores, incluido EFE Verifica, es analizar diariamente la conversación pública, de lo que se habla en redes sociales, en internet y en otros servicios, a veces por ejemplo nos llegan consultas como WhatsApp.”
“Lo que hacemos es un análisis de ver de qué se habla más, qué es lo más viral, pero también qué es lo más dañino, qué es una amenaza para la sociedad. ¿Y qué puede ser una amenaza para la sociedad? Aquello que suponga en peligro para la salud, una erosión de la democracia, como cuando se habla de procesos electorales, aquellos contenidos desinformativos que propaguen el discurso del odio, etc”, continúa.

El siguiente paso del proceso implica un análisis minucioso del contenido en sí, pero también de su contexto. Los contenidos relacionados con temas candentes o de especial relevancia informativa pueden ser objetivo de los desinformadores. En ocasiones, las verificaciones siguen un proceso tan sencillo como el levantar el teléfono y preguntar directamente a la fuente.
“A veces la desinformación es muy burda, porque gran parte de la desinformación que se mueve, lo que se nutre es de nuestra voluntad de creernos las cosas, de las ganas que tenemos de creer lo que confirma nuestras ideas, etc. Y en ese caso, a veces con muy poquito se puede comprobar que es falso y podemos tener la verificación rápidamente. Otras veces los contenidos son muy complejos y requieren más tiempo”, explica Sergio.
La IA, ¿enemiga o aliada?
Una vez analizado el contexto, nos centramos en el fondo. Los contenidos generados o modificados con inteligencia artificial suponen un foco cada vez mayor de desinformación. Cada vez nos preguntamos más ¿es esta foto que estamos viendo en redes sociales real o creada con herramientas de IA generativa?
“Los ciudadanos cada vez confían menos en lo que ven, esto por una parte es positivo porque tienen un pensamiento crítico”, analiza Bayo, “pero tampoco es una buena noticia que todo el mundo esté desconfiando de todo continuamente”.
Hernández añade que es importante tener el ojo puesto en este tipo de contenidos porque “la desinformación también es un modelo de éxito, va a seguir creciendo más todavía porque la tecnología, como la inteligencia artificial generativa, tiene un potencial para manipular, no la propia IA, sino los desinformadores que utilizan estas herramientas”.
Sin embargo, la propia IA puede servir también como una vía para la verificación. Existen numerosas herramientas (las principales, analizadas y explicadas el uno de los módulos del curso Inteligencia artificial (IA) en el audiovisual) que nos pueden ayudar, no sólo en procesos diarios como la transcripción de entrevistas, sino también en la identificación de contenidos ultrafalsos.
Para Borja Díaz-Merry, de VerificaRTVE y formador en el campo de la verificación, la IA debe ser una herramienta más en el cajón de herramientas de un periodista, aunque siempre prima el criterio del profesional: “Hacemos un análisis periodístico, pero además utilizamos herramientas que nos permiten detectar si existen patrones de generación con IA”.
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La formación continua para periodistas
Para Bayo, es imprescindible que todos los medios, no sólo los públicos, formen a sus empleados: “Creo que es muy importante que todos los periodistas que salgan a partir de ahora tengan formación en verificación, en herramientas y en recursos para poder comprobar contenidos antes de su emisión”.
Como consejo a los periodistas novatos, Hernández insiste en que es imprescindible formarse en este campo “porque la verificación es fundamental en el periodismo actual y lo va a seguir siendo aún más en los próximos años”.
Pero la formación también “es clave” para un periodista en otros puntos de su carrera laboral, explica Díaz-Merry, que anima a todos los profesionales a que “no dejen de aprender, que no dejen de intentar utilizar nuevas herramientas, nuevas narrativas, que apuesten por la formación porque la formación es clave en el periodismo”.

